Son las 6:30 de la mañana y salimos de nuestro hotel en el centro de Oaxaca. Nuestro destino: un lugar que nunca hemos visitado, pero que todos los amigos viajeros que lo conocen nos han dicho ¡NO SE LO PIERDAN!

Tomamos la carretera que lleva a Tlacolula de Matamoros y de ahí la autopista a Tehuantepec. Hay una caseta de $30 que vale la pena pagar ya que Oaxaca es una intrincada maraña de montañas que hacen las carreteras libres muy sinuosas, lo sabemos porque de regreso tomamos la carretera libre y efectivamente, requiere habilidad y poner atención para recorrer sus muchas curvas cerradas, además del mayor tiempo que toma hacerlo. Unos 15 minutos después toma la salida a San Lorenzo Alboradas donde termina el pavimento.

Nosotros llegamos la puerta del balneario a las 8:10, hora recomendada por ser domingo y porque nos habían sugerido llegar cuando todavía no hay gente para tomar nuestras fotos. El cargo de entrada es de $25 por persona. Hay un amplio estacionamiento y muchos puestos de comida que abren más tarde cuando aumenta el público.

Las pozas no están lejos del estacionamiento y cuando fuimos (octubre 2018), vimos que ya estaban construyendo un camino adoquinado que los conecta, aún así te sugerimos llevar calzado cómodo y seguro para bajar.

Las pozas.
Por ser temprano, el sol se encuentra todavía muy inclinado y efectivamente, solo encontramos a dos personas nadando en la poza principal, sin embargo, la vista es la que nos deja con la boca abierta. El agua que brota de los manantiales es muy rica en minerales y a lo largo de los siglos, ha creado unas cascadas petrificadas que se convierten en terrazas y miradores con vista a la espectacular sierra oaxaqueña. Solo ten cuidado de no acercarte mucho a la orilla porque son muchos metros hacia abajo en vertical.

Otra ventaja de llegar temprano es que puedes apreciar mucho mejor los sonidos de la naturaleza. El viento, las aves y sobre todo, el correr del agua, te permiten conectar inmediatamente con la naturaleza y en nuestro caso, experimentar intensas emociones que fueron desde paz interior, hasta alguna lágrima furtiva por la combinación de sensaciones.
Las fotos.
Dicen que una foto vale mil palabras y en Hierve el Agua es más que cierto, ya que es más fácil de describir con imágenes que con texto, así que te compartimos algunas fotos que tomamos aquí:







- El agua no es caliente, le llamaron “Hierve el Agua” por el sonido que hacen los borbollones por donde sale el agua de la roca y que alimenta las pozas.
- Aunque parece arena de mar, el piso es de roca y hay partes que está resbaloso, ten cuidado.
- Algunos dicen que el agua está fría, a nosotros nos pareció que está como los cenotes de la península de Yucatán, más o menos a 27 °C y si, está permitido nadar en las pozas, así que no olvides tu traje de baño.
- Hay muchos puestos de comida si deseas desayunar o comer ahí, pero si prefieres puedes llevar tu lunch, itacate o picnic.
- Si es apto para llevar niños, solo no los pierdas de vista por los peligros que ya te describimos.
- Por favor, por favor, por favor. Cuida ésta maravilla natural. Solo llévate fotos y la basura (inclusive la que no sea tuya). De ahí en fuera, todas las plantas, animales y rocas que veas son necesarias ahí donde están.
Esperamos que ésta información te resulte útil y si te gustó ¡ayúdanos a compartirla en tus redes sociales. Disfruta mucho viajero pata de gato

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